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miércoles, 14 de julio de 2021

Entre la tradición y la prohibición. El consumo de animales exóticos en China y su actualidad.

A finales de diciembre de 2019, el mundo entero se preparaba con entusiasmo para recibir el año 2020, un año que tenía una agenda apretada en cuanto a lo deportivo, por solo mencionar una categoría, enmarcada por la trigésimo segunda edición de los Juegos Olímpicos de verano, que tendrían lugar en Tokio, Japón, máximo evento multideportivo que se lleva a cabo cada cuatro años; las selecciones de futbol clasificadas, tanto de Europa como de Sudamérica, se preparaban para su respectivo torneo continental, la Eurocopa y la Copa América, además de los partidos de clasificación al mundial de Catar 2022 por todo el mundo o la Copa Mundial Femenil sub-20; campeonatos mundiales de diversas disciplinas atléticas y deportivas que se desarrollarían alrededor del mundo; torneos de prestigio mundial o temporadas que se celebran anualmente como Roland Garros, Wimbledon, la Formula 1 o los Grandes Maratones. Pero las noticias en varios países del 26 de diciembre hacían eco de un contagio masivo en personas de una enfermedad parecida al SARS en la localidad de Wuhan, China, el SARS que en 2003 fue considerado pandemia, pero que esta vez poco caso se le hizo en principio.

De hecho, tras investigaciones oficiales tanto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Ministerio de Salud de China, el “paciente cero” o primer paciente documentado, se remonta al 17 de noviembre de 2019 y el contagio comenzó a propagarse desde el 1 de diciembre, pero el hermetismo y control del país, no permitió que la noticia fuese filtrada más que por medios oficiales y hasta el 31 de diciembre se dio conocimiento a la OMS de una enfermedad vírica de rápida propagación, con características de un coronavirus. Si a este hecho se suma que, por año nuevo occidental como por las fiestas de año nuevo chino que se avecinaban, un importante éxodo de chinos se suscita año con año a todos los rincones del país, así como a buena parte del mundo con la intención de disfrutar de las vacaciones y practicar turismo o visitas personales, por lo que la alerta de pandemia comenzaba a sonar.

En este punto, ya se había identificado el primer foco donde hipotéticamente se pudo rastrear el virus: un mercado de venta de animales exóticos para la preparación de platillos especiales de la gastronomía de China, conocidos como wet market. De hecho, la sospecha surgió cuando muchos de los especialistas en coronavirus observaron que este tipo de virus es propio de desarrollarse en los murciélagos y dado que la zona es donde habitan variedades de murciélagos, sobre todo el murciélago de herradura,  las posibilidades de que este fuese el origen se incrementaba. De hecho, las condiciones de hacinamiento e insalubridad que imperan en estos mercados son focos de infección por la mezcla de excrementos, sangre, saliva o demás fluidos de animales vivos y muertos que se entremezclan y son caldo de cultivo de potentes bombas víricas.

Posteriormente, investigadores señalaron que es probable que el murciélago no fuese el vehículo por el que le virus se transmitió al humano, sino a través de otros animales que también son consumidos en la zona centro y sur del sudeste asiático. Animales como el pangolín o las serpientes fueron también señalados como posibles orígenes del virus o que, por una cadena alimenticia que culminó en el consumo de uno de estos animales infectados, pudo ser que el virus mutara y se transmitiese a los humanos.


El historial vírico en China.

En 2003 China fue también el foco de atención por el surgimiento de  una enfermedad denominada SARS, hoy recordada y registrada como SARS-CoV1 (Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus), cuando brotó dicha enfermedad en la provincia de Yunan y que, a diferencia de la presente enfermedad que azota el planeta entero, se propagó por unas decenas de países, registrando relativamente pocos infectados y,  por ende, pocas muertes. La aparición de este virus se atribuye al extendido consumo de la civeta de las palmeras, una especie de mapache carnívoro que abunda en el sur de China, India, Sri Lanka, Filipinas, Indonesia, Vietnam, etc. Pese a lo densamente poblado de esta zona del mundo, esta enfermedad tuvo una explosión en cuanto a su contagio, pero su presencia en los medios de comunicación se fue apagando y aunque expertos virólogos opinaron que esta enfermedad sería imposible de erradicar y solo contener en la zona, desde 2005 se dejaron de reportar casos relacionados con el SARS. 

El término gripe aviar se ha extendido desde su “aparición” en 1997. Se menciona aparición porque con anterioridad se habían descrito enfermedades originadas en virus alojados en aves, pero la variante H5N1 con la que fue identificada se ubicó en Hong Kong, dentro de un mercado de animales de corral. La rápida acción del gobierno en ese momento, que dispuso que todas estas aves fuesen sacrificadas para procurar eliminar el virus, aunado a una baja tasa de contagio humano – humano, hicieron que este virus no se convirtiera en una alarma mundial; sin embargo, la tasa de letalidad y la facilidad con la que este virus podía convertir una simple influenza en una neumonía, fueron los factores que alimentaron y acrecentaron el miedo.

En 2019, antes de que se diera la crisis de Covid-19 (Coronavirus Disease), medios chinos hicieron eco en una noticia un tanto alarmante: un par de turistas que visitaban la región de Mongolia Interior se habían infectado de peste bubónica, mejor y mediáticamente conocida como “peste negra”. Esta enfermedad tan temida que causó estragos en la Europa medieval y que diezmó a la población hasta llegar a niveles muy bajos de población, se propaga por la mordedura de pulgas infectadas a sus huéspedes, que suelen ser roedores; posteriormente, con el contacto del roedor con el humano es el modo por el que esta enfermedad llega a infectar a las personas. En el caso concreto, las personas que visitaban Mongolia Interior afirmaron comer carne de conejo salvaje, marmota o castor, por sus supuestas cualidades curativas y regenerativas, según las creencias de la zona. Sin embargo, cabe destacar que de acuerdo con datos de la OMS, entre los años 2010 y 2015, más de tres mil personas se han infectado de peste bubónica, presentando únicamente 584 muertes directamente relacionadas con esta enfermedad. Aunque existen tres tipos de peste bubónica, la variedad verdaderamente preocupante es cuando la bacteria infecta al torrente sanguíneo, llamada peste septicémica.

Recientemente se ha reseñado la existencia de una variación de gripe aviar que es letal con las aves de corral y aves salvajes que podrían fácilmente contagiar a aves destinadas al consumo humano: la gripe aviar tipo H5N8. Aunque esta enfermedad solo ha reportado su transmisión de un huésped no humano a un humano en siete ocasiones, lo cierto es que virólogos expertos temen que esta situación se convierta en la próxima pandemia a tener en cuenta en un momento en el que la población mundial hace esfuerzos por controlar y quizás erradicar el virus del SARS-CoV-2.

El debate entre tradición, prohibición, modernidad y adaptación.

El común denominador de este aspecto es que muchos de estas enfermedades se ha propagado por el consumo de ciertos animales peligrosos o considerados exóticos.

De hecho, China posee una mala e injusta fama de consumir animales exóticos, ya que tradicionalmente, estos animales se han consumido por atribuirles cualidades y virtudes medicinales. Incluso, se cree que comiendo la parte del animal equivalente a donde se sufre una enfermedad, se puede curar o prevenir enfermedades, como por ejemplo, los turistas que consumieron riñón de marmota para curar una infección en el riñón, lo que derivó en la infección de peste bubónica.

La gastronomía china es muy amplia e incluye el consumo de muchos animales; sin embargo es injusto culparlos por esto, ya que cada cultura tiene sus propias tradiciones y aunque nos parezcan bien o mal, así han vivido por siglos. Asimismo, es injusto etiquetar el consumo de animales exóticos como una mala práctica, puesto que nadie ha determinado que animales sí o no deben ser consumidos, más allá de los potenciales riesgos bacteriológicos que ciertas “carnes” pueden tener; por ejemplo, en buena parte del mundo se consume la carne de res, ternera o vaca, pero para la cultura india, este animal es sagrado y por lo tanto es una grave ofensa comer este animal; mientras que felizmente una persona puede consumir costillas de cerdo, tanto musulmanes como judíos ven como algo prohibido comer esta carne ya que sus respectivos libros sagrados lo prohíben, del mismo modo que los camarones, langostinos, langostas o animales de pezuña partida, rumiantes y animales que se arrastren.

Mención aparte merece el tema del consumo de carne de perro. El perro es un animal que es ampliamente reconocido como el “mejor amigo del hombre”, incluso en buena parte de China, muchas personas han adoptado a este animal como sus mascotas y en casos extremos, como un miembro más de la familia, con las mismas prerrogativas. Sin embargo, en algunas zonas el perro también era consumido por su proliferación y su relativa facilidad y docilidad. De hecho, la región de Yulin, provincia de Guangxi, se volvió muy famosa por su festival anual, que gira entorno al consumo de carne de perro, donde miles de perros son sacrificados con este propósito y que incluso, ante la demanda de este animal, se reportaron casos de robo y desaparición de mascotas caninas cercanas a la fecha del festival.


El consumo de animales denominados exóticos en China es muy amplio. La demanda de ciertos animales ha llevado a una importante disminución de varias especias en su territorio y en otras ubicaciones del planeta, como el pepino de mar, un animal que es exportado desde el Caribe y las costas de África y es comercializado a precios muy altos, pero que en la gastronomía china es un manjar y delicatesen sin igual. Lo mismo sucede con la controversial sopa de aleta de tiburón, en la cual, suelen atrapar tiburones con el único objetivo de cortar su aleta dorsal, devolviendo el escualo al mar, siendo esta práctica muy cruel, puesto que sin esta parte de su anatomía, el tiburón está condenado a morir. Aunque la sopa de aleta de tiburón no es exclusiva de China y de hecho se originó en Japón, su consumo se extendió por el sudeste asiático y llegó a China.

En este mismo rubro se encuentra la vaquita marina como daño colateral del consumo de animales exóticos. Por años, la vejiga natatoria de la totoaba es muy requerida en la gastronomía, así como en la medicina tradicional, ya que se le atribuyen propiedades curativas. Desde 1975 existe una veda que prohíbe la pesca de esta especie marina, sin embargo, desde hace años se documenta que en México ha habido una descontrolada pesca de este pez para obtener su vejiga, la cual puede alcanzar cstos de $9,000 USD por kilogramo. El problema es que las redes de pesca de arrastre suelen atrapar a la vaquita marina, las cuales suelen nadar muy cerca de las totoabas, lo que ha propiciado su grave estado de peligro de extinción, reduciendo su población actualmente a solo 10 especímenes.

Otros animales no tan tradicionales en occidente que también son consumidos son carne de mono y específicamente sus cerebros, aunque a este platillo le precede un halo de misterio, como si de una leyenda urbana se tratase; huesos de tigre en polvo; bilis de oso; caballitos de mar; branquias de mantarraya; carne y el cuerno de rinoceronte o pene de toro para la virilidad; carne de serpientes y víboras; carne y órganos de marmota; tortugas y otros reptiles; carne de camello, yak, burro y caballo e incluso sus derivados lácteos; murciélagos y otros roedores; carne de pangolín y armadillos en su caparazón; insectos y arácnidos como escorpiones, tarántulas, ciempiés, cucarachas, gusanos y escarabajos gigantes que son potencialmente mortales; aves de todo tipo e incluso sus nidos; una extensa variedad de animales marinos que no se limita únicamente a peces, sino moluscos, cefalópodos, cetáceos, crustáceos y leptocéfaos.


Soluciones un paso a la vez.


Aunque se han desarrollado diversas teorías del origen del Covid-19 a partir del consumo de murciélago, del consumo de pangolín, del consumo de un pangolín infectado por un murciélago o de la importación del virus a partir de bolsas de salmón congelado proveniente de Noruega, como sea China intentó atajar dichos rumores mediante la implementación y modernización  de medidas administrativas y leyes que se pasaron al poco tiempo que se señaló al país como el foco inicial de la pandemia global.



Si la infección masiva de Covid-19 fue reportada en diciembre de 2019, de cierto modo fue sorprendente que en febrero de 2020, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular emitiera la Decisión del Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo para Prohibir Totalmente el Comercio Ilegal de Animales Silvestres, Romper el Mal Hábito del Consumo Excesivo de Animales Silvestres y Asegurar Efectivamente la Vida y la Salud de las Personas (Decision of the Standing Committee of the National People's Congress to Comprehensively Prohibit the Illegal Trade of Wild Animals, Break the Bad Habit of Excessive Consumption of Wild Animals, and Effectively Secure the Life and Health of the People [(全国人民代表大会常务委员会关于全面禁止非法野生动物交易、革除滥食野生动物陋习、切实保障人民群众生命健康安全的决定)] {consultar las referencias de derecho al final de la página}, por medio de la cual y de forma inmediata se prohibía y castiga el comercio de animales salvajes destinados al consumo, armonizando esta directiva con la “Ley de Protección a la Fauna Silvestre”, a la cual también se agregaron disposiciones relativas a que se consideran animales salvajes y endureciendo las penas a quien incumpla lo establecido.

Además, destaca que el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales estará a cargo de publicar una lista “positiva” de animales que pueden ser considerados ganado y aves de corral aptos para el consumo humano {ver documento al final de la página}. En sintonía con esto, en mayo de 2020, dicho ministerio emitió su opinión sobre dicha lista, destacando que los perros y gatos dejaron de ser considerados animales para consumo humano y pasaron a ser animales de compañía, misma suerte que compartieron los gatos, reservando el rubro de animales para ganado y crianza para consumo: cerdos, terneras, cebús, búfalos, yaks, ovejas, cabras, caballo, jabalíes, conejo, paloma, codornices, burro, camello, pollo, pato, ciervo sika, renos, venados, pavos, gallinas de guinea, perdices, avestruces, emús, faisanes comunes, alpacas, gansos, visones, mapaches, zorros plateados y zorros azules, aunque estos 4 últimos solo ara crianza sin fines de consumo.

Como ya se dijo antes, estas decisiones legislativas y ejecutivas requieren de la coordinación de normativas ya existentes como la Ley de Agricultura, la Ley de Pesca, Ley de Protección de Vida Silvestre, Ley de prevención de epidemias animales o el Reglamento para la aplicación de la ley de la República Popular de China sobre Cuarentena de Entrada y Salida de Animales y Plantas, leyes con las que se busca fortalecer la soberanía nacional respecto de señalamientos internacionales por la falta de cumplimiento en materia sanitaria sobre el tratamiento de animales para consumo humano o el excesivo consumo de animales que no deberían ser considerados en la gastronomía, según estándares internacionales.

Aunque muchas de estas medidas ya habían sido tomadas de forma local, además de adoptar medidas administrativas para regular o definitivamente prohibir mercados donde se comercian carnes exóticas, que la Congreso Nacional se haya pronunciado a través del Comité Permanente eleva la oficialidad y severidad con la que serán tratadas las sanciones a quien ose ir en contra y vuelva a colocar a China en un papel de villano mundial o en entredicho, porque si algo se puede destacar de la gestión de la pandemia es que China ha impulsado medidas para demostrar que puede actuar de forma severa cuando aparentemente la tradición generó un daño a la sociedad en general.

Reflexion final.

China es un país que en las recientes décadas se ha destacado por su implacable labor para mitigar la pobreza que aquejaba a su población, obteniendo resultados tangibles, más allá del descrédito que se le intenta imponer por no ajustarse a “estándares internacionales”. Uno de esos estándares es la capacidad que tienen sus habitantes para acceder a una sana alimentación, rubro en el que abatieron los números. De hecho, sus esfuerzos tan se han centrado en lograr el objetivo, que recientemente anunciaron que de tener éxito en su programa para obtener granos en sus campos de cultivo, estarían asegurando la alimentación de su población para los próximos 10 años, lo cual no es una pequeñez y sí un gran éxito según los planes de gobierno a mediano y largo plazo del régimen actual.

Desde fuera, China ha sido vista como un país de alimentos exóticos. Pero en este punto vale la pena detenerse a pensar ¿ciertamente son exóticos? Es decir, que en occidente no se consuman ciertos animales, ¿nos da el derecho para juzgar la alimentación de un pueblo que por décadas vivió y sobrevivió de alimentarse de los animales que resultaron nutritivos y a los cuales, hasta propiedades alimenticias se les concedió? Estaríamos siendo hipócritas si juzgamos a todo un pueblo y su cultura por la propagación de un virus que, por azares del destino y de la evolución, siguió una cadena de eventos que le llevó a ser transmitida a un humano y de ahí al mundo entero, pero ¿acaso no todos hemos comido un alimento “único” de nuestro país que resulta ser una total novedad para otras culturas? ¿O será que existe un territorio donde todos los alimentos, tanto de origen animal, vegetal y mineral son permitidos y exentos de virus o bacterias?

Como sea, al día de hoy y tras señalamientos populares e incluso oficiales de haber “provocado” una pandemia global, China se comprometió a erradicar ciertas prácticas de su población, aun cuando éstas estaban revestidas de cierto arraigo “tradicional”, porque los líderes del país asiático entienden que, en un mundo donde pugnan por mantener una imagen favorable y de interacciones sólidas y saludables con sus vecinos y miembros de la comunidad internacional en general, lo mejor es caminar hacia el futuro compartido con prácticas aceptables y donde no quepan las acusaciones de haber provocado una enfermedad por sus hábitos alimenticios.

Cabe destacar la velocidad con la que actuaron, tanto en el rubro legislativo para implementar las medidas necesarias y procedimientos para efectivamente prohibir el consumo de animales exóticos, así como las medidas que se tomaron para contener el virus cuando apareció en la ciudad de Wuhan y comenzó a expandirse por el país, incluso llamando a evitar el “éxodo de año nuevo”, sacrificio que muchos hicieron con tal de evitar la propagación - y las sanciones que podrían venir en caso de incumplir las recomendaciones -, situación que contrasta con el silencio que intentaron imponer e incluso la hostilidad con la que actuaron las autoridades al principio de la pandemia, lo que llevó a muertes y negligencia en la gestión de la pandemia. De los errores se aprende y se espera que haya más cooperación, coordinación y empatía de las autoridades con el pueblo y su personal sanitario, que tuvo una intervención heroica en tiempos difíciles.

Referencias de Derecho. 

Decisión del Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo para Prohibir Totalmente el Comercio Ilegal de Animales Silvestres, Romper el Mal Hábito del Consumo Excesivo de Animales Silvestres y Asegurar Efectivamente la Vida y la Salud de las Personas (documento original en chino).

Circular del Ministerio de Agricultura sobre la implementación de la Decisión. 

Catálogo Nacional de China de Recursos Genéticos Ganaderos y Avícolas (texto original en chino).

Animal Epidemic Prevention Law 

Entry and Exit Animal and Plant Quarantine Law 

Protection of Wildlife Law 

El cambio de paradigma legal de las buenas costumbres.

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